Una ensalada sexy y una pelopincho de pintura helada.
Un frente diverso e impredecible que desordena los pantones.
Nubes variables, indomables, precipitan y tiñen el asfalto.
Los colores latentes, los oídos dispuestos y las almas saltando de las reposeras.
Una ensalada sexy y una pelopincho de pintura helada.
Un frente diverso e impredecible que desordena los pantones.
Nubes variables, indomables, precipitan y tiñen el asfalto.
Los colores latentes, los oídos dispuestos y las almas saltando de las reposeras.